Por: Jorge A. Pérez

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miércoles, 20 de octubre de 2010

Compartir es mejor, pero es más difícil

Desde hace mucho tiempo he tenido cierta fascinación por las bebidas espirituosas (O trago a secas) y particularmente recuerdo hace unos 11 años que a mi papá le regalaron una botella de whisky Queen Anne de Escocia; esa botella traía como obsequio una delicada y llamativa botellita miniatura como las que hay en los aviones y en los mini-bares de los hoteles. Yo solicité la botellita como regalo y con esa botella empecé una diminuta colección de botellas similares que actualmente cuenta con más de 70 de todas partes del mundo (y todavía me faltan bastantes). Partiendo de esa colección y mucho tiempo después surgió en mí una duda (duda que estoy seguro compartía con más de una persona y que a veces vuelve a mí) en cuanto a que licores debe tener un bar bien surtido, y no me refiero a un bar como establecimiento comercial sino a un bar como ese gabinete que permanece bajo llave en la sala de la casa y que cada vez que uno pregunta por su contenido siempre obtiene diferentes respuestas y por lo general sin repetir. 

Para empezar a surtir un bar casero uno debe definir primero si es para compartir o no, porque si uno no comparte es fácil, llenarlo del trago que le gusta a uno y no más. ¿Pero que hay si uno sí comparte? Bueno en ese caso es un poco más complejo, hay ciertas bebidas que por su simplicidad y disponibilidad a lo largo y ancho del globo son perfectas para surtir un bar y son bien recibidas por un amplio público. Principalmente yo surtiría mi bar con las siguientes bebidas: Vodka, Ron Blanco, Ron Oscuro, Tequila Blanco, Tequila Dorado, Ginebra, Whiskey, Triple-Sec y alguna crema dulce de esas de las que las mujeres tanto disfrutan y los machos aborrecen en público y disfrutan en privado (llámese Bayley’s, Khalúa, Tía María, Coloma, Creme de Casis, Creme de Cacao o inclusive Sabajón). La razón principal de escoger todos estos tragos y no otros como el vino, el brandy o el coñac, es que los licores que yo sugiero son fáciles de mezclar, no requieren mayor cuidado en cuanto a su caducidad (salvo las cremas), y los hay para todos los presupuestos y adicionalmente son del gusto de una amplia porción de la población no abstemia. El vino no se mezcla fácil, el brandy igualmente, y el coñac es una blasfemia mezclarlo a mi parecer. No obstante para un bar verdaderamente completo el vino, el coñac y el brandy son buenas adiciones. 

Me podría quedar divagando al respecto de qué meter y qué no en el bar casero de cada cuál pero a fin de cuentas eso lo determinan los gustos de cada cual. Por ejemplo, sé de primera mano de personas que tienen en la casa una botella de vodka que era de su abuelo y no se la han tomado por el simple hecho de que no toman vodka, así como hay otros que compran dos botellas de vodka al mes. Finalmente yo sugeriría que si van a hacer cocteles o a tener una fiesta, comiencen por definir que van a servir y luego compren los ingredientes, siempre sobra y así se va armando el bar poquito a poquito.

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